Ubicada a una altura de más de 1700 msnm, es la Capital Departamental más alta, y a su vez, la ciudad más alta del país, es reconocida gracias a su clima, que es ameno, y frío para los estándares hondureños y por ser hogar de la cultura Lenca. También es conocida como «La ciudad del Manto Blanco» por sus neblinas en la temporada de invierno.
Entre sus atractivos turísticos se mencionan los telares lencas, el bosque “enano”, hermosos paisajes y destinos turísticos; es un destino turístico que ofrece una cultura viva. Entre sus atractivos se menciona el paseo “La Gruta”, que a la vez es un mirador; a escasa distancia del centro de la ciudad, también el Museo de la Cultura Lenca, en donde los turistas podrán encontrar gran variedad de productos artesanales, así como conocer de la historia de la Cultura Lenca.
En la Gruta se encuentra una pequeña ermita que está dedicada a la Virgen de la Inmaculada Concepción. En este lugar, podrás observarla y dar un recorrido cultural.
La Gruta es el destino turístico más representativo de Intibucá, es un ícono de la ciudad que además es un mirador, donde puedes apreciar hermosos atardeceres.
Explorar y subir las escaleras de La Gruta es un divertido reto para los amantes de la aventura, ya que es ideal para hacer recorridos recreativos y al aire libre, rodeado de vegetación.
Al llegar a la cima, puedes disfrutar de increíbles vistas donde se dividen ambas ciudades y por supuesto, que muy cerca del destino, también podrás degustar exquisita gastronomía.
A 19 kilómetros de La Esperanza está Río Grande, una pequeña aldea en las montañas que cuenta con el orgullo de tener una de las cascadas más altas de Honduras. Con sus 120 metros de altura, el chorro del Río Grande, como la llaman los locales, es una impresionante caída de agua blanca que se pierde en un estrecho y profundo cañón rodeado de vegetación.
Para visitar la cascada, hay que irse por la calle de tierra desde La Esperanza, Intibucá hasta poder llegar a la parte superior de la cascada, y para poder estar a su base, se tiene que hacer una caminata por un sendero de aproximadamente 25 minutos.
Al llegar a la parte superior de la cascada se puede observar el agua cayendo entre las rocas, un detalle completamente natural que convierte el paisaje único, asimismo se siente un gran choque de adrenalina, ya que el agua cae de una imponente altura (120 metros de altura).
Pero la aventura no termina aquí. Usted puede darse un chapuzón en el pozo de esta esta cascada. Solo debe caminar por un pequeño sendero, que además está adornado por cultivos, plantas y por hermosas aves que viven en este rinconcito esplendido de Intibucá.
Rumbo a la montaña de Intibucá, a más de 1,850 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra este remanso de paz y tranquilidad. En la Laguna de Chiligatoro, el viajero puede comer, remar, pescar con anzuelo y comprar rosas o claveles en los viveros adyacentes.
Es manejada por el patronato de la aldea lenca del mismo nombre y fue desarrollada como un paseo turístico para producir alternativas de ingresos para los indígenas. Chiligatoro es un verdadero oasis, y se encuentra a 30 minutos de La Esperanza, y está ubicada en la aldea que lleva su mismo nombre.
La laguna fue formada con el fin de ayudar a la comunidad. El mantenimiento, se lo dan los propios pobladores, y ahora se les han sumado algunas instituciones ya que la laguna abastece de agua a los pobladores que cosechan sus cultivos en la zona.
Alrededor de ella, se cultivan papas, repollo, lechuga y otras legumbres; aún cuando es verano ya que la laguna no se seca y es de ahí que se utiliza el agua para regar.
Indígenas lencas impulsan la economía de sus hogares elaborando bufandas, pañuelos, manteles, ponchos y otras obras multicolores. Conformadas en cooperativas y grupos organizados, estos artesanos, en su mayoría mujeres, trabajan en telares manuales, asegurando un producto hecho a mano de alta calidad y a un precio accesible.
Si quiere llevarse un pedazo de la cultura Lenca y un recuerdo de su visita a Intibucá, Honduras, además de apoyar la pequeña industria hondureña, hay pocas cosas más auténticas que este producto hecho por manos indígenas.
Ubicada a una altura de más de 1700 msnm, es la Capital Departamental más alta, y a su vez, la ciudad más alta del país, es reconocida gracias a su clima, que es ameno, y frío para los estándares hondureños y por ser hogar de la cultura Lenca. También es conocida como «La ciudad del Manto Blanco» por sus neblinas en la temporada de invierno.
Entre sus atractivos turísticos se mencionan los telares lencas, el bosque “enano”, hermosos paisajes y destinos turísticos; es un destino turístico que ofrece una cultura viva. Entre sus atractivos se menciona el paseo “La Gruta”, que a la vez es un mirador; a escasa distancia del centro de la ciudad, también el Museo de la Cultura Lenca, en donde los turistas podrán encontrar gran variedad de productos artesanales, así como conocer de la historia de la Cultura Lenca.
En la Gruta se encuentra una pequeña ermita que está dedicada a la Virgen de la Inmaculada Concepción.
La Gruta es el destino turístico más representativo de Intibucá, es un ícono de la ciudad que además es un mirador, donde puedes apreciar hermosos atardeceres.
Explorar y subir las escaleras de La Gruta es un divertido reto para los amantes de la aventura.
Al llegar a la cima, puedes disfrutar de increíbles vistas donde se dividen ambas ciudades y por supuesto, que muy cerca del destino, también podrás degustar exquisita gastronomía.
A 19 kilómetros de La Esperanza está Río Grande, una pequeña aldea en las montañas que cuenta con el orgullo de tener una de las cascadas más altas de Honduras. Con sus 120 metros de altura, el chorro del Río Grande, como la llaman los locales.
Para visitar la cascada, hay que irse por la calle de tierra desde La Esperanza, Intibucá hasta poder llegar a la parte superior de la cascada, y para poder estar a su base, se tiene que hacer una caminata por un sendero de aproximadamente 25 minutos.
Rumbo a la montaña de Intibucá, a más de 1,850 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra este remanso de paz y tranquilidad. En la Laguna de Chiligatoro, el viajero puede comer, remar, pescar con anzuelo y comprar rosas o claveles en los viveros adyacentes.
Es manejada por el patronato de la aldea lenca del mismo nombre y fue desarrollada como un paseo turístico para producir alternativas de ingresos para los indígenas. Chiligatoro es un verdadero oasis, y se encuentra a 30 minutos de La Esperanza, y está ubicada en la aldea que lleva su mismo nombre.
Alrededor de ella, se cultivan papas, repollo, lechuga y otras legumbres; aún cuando es verano ya que la laguna no se seca y es de ahí que se utiliza el agua para regar.
Indígenas lencas impulsan la economía de sus hogares elaborando bufandas, pañuelos, manteles, ponchos y otras obras multicolores. Conformadas en cooperativas y grupos organizados, estos artesanos, en su mayoría mujeres, trabajan en telares manuales, asegurando un producto hecho a mano de alta calidad y a un precio accesible.
Si quiere llevarse un pedazo de la cultura Lenca y un recuerdo de su visita a Intibucá, Honduras, además de apoyar la pequeña industria hondureña, hay pocas cosas más auténticas que este producto hecho por manos indígenas.